22 de febrero de 2011

28 Agosto de 2008


Nadar en ese terremoto era un augurio electrizante
Porque sabía que te aproximabas en tu tornado de sueños y destrucción
Y en medio del caos, lo éramos todo.

Habitábamos universos irregulares
de palabras redundantes
no necesitábamos endulzarnos los oídos de promesas
por qué habría de escupir sentimientos, teniendo tu piel temblando bajo mis labios.
era aquel momento, la más absoluta de las verdades pronunciables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario