11 de febrero de 2011

26 Mayo de 2007

("-Señor Ai. Usted no está loco, yo no estoy loco. Pero ninguno de nosotros es un rey, ¿se da usted cuenta? Olvidé, estando tan interesado yo mismo, que Argaven es un rey, y no ve las cosas de modo racional sinó como un rey. Todo lo que usted diga significa para Argaven que su poder está amenazado, que el reino es una mota de polvo en el espacio, y una fruslería para hombres que gobiernan un centenar de mundos.
-Pero el Ecumen no gobierna, coordina. No tiene otro poder que el de los mundos y estados miembros.
Estábamos solos.
Yo estaba solo, con un extranjero, entre los muros de un palacio sombrío, en una nevosa ciudad extranjera, en el corazón de la Edad de Hielo, y en un mundo extraño.
-Yo le creo a usted -me dijo Estraven- Temo que Agraven también le crea. Pero no confía en usted. Lo he puesto en peligro, olvidé lo que es un rey, olvidé que el rey se 'siente' Karhide, olvidé el patriotismo, que el rey es por necesidad el perfecto patriota. Permítame una pregunta, señor Ai: ¿Sabe usted, por propia experiencia, lo que es el patriotismo?
-No, si por patriotismo no entiende usted el amor al sitio natal, pues eso sí lo conosco.
-No, no hablo del amor, cuando me refiero al patriotismo. Hablo del miedo. El miedo del otro. Y las expresiones de ese miedo son políticas, no poéticas: odio, rivalidad, agresión. Crece en nosotros, ese miedo, crece en nosotros año a año. Nuestro camino nos llevó demasiado lejos, y el mundo se vuelve pequeño. Y usted, que procede de un mundo donde las naciones desaparecieron hace siglos, apenas entiende de que hablo..., nos ha mostrado un nuevo camino...(...)Si lo he entendido bien, los Ecúmenos se interesan ante todo en el bienestar de la humanidad. Los orgotas por ejemplo, saben ya como subordinar intereses locales al interes general. Y de ésto no hay experiencia en Karhide. En Orgoreyn son casi todos gente cuerda, aunque poco inteligente, mientras el rey de Karhide no sólo es loco, sino también estúpido.
Era evidente que Estraven no conocía la lealtad.
Le dije, algo disgustado: -Entonces, estar al servicio del rey debe ser una tarea difícil.
-No sé si he estado alguna vez al servicio del rey -dijo el primer ministro del rey-. O si lo he intentado. No soy el sirviente de nadie. Un hombre no ha de tener otra sombra que la propia..."
U.k.leGuin.)

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