22 de febrero de 2011

16 Diciembre de 2008

Los deseos funcionan, somos nosotros quienes los olvidamos.
Llegan reclamando maravillas, cuando ya no nos detenemos para ver. Permanecen sobre nosotros durante algún tiempo, en un halo de realidad imperceptible, mientras perseguimos algo nuevo.
Cuando los olvidamos son espíritus flotando en paralelas extrañas, en forma de "que tal si".
Todas las historias se cumplen si podemos ver.

.M

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