30 de junio de 2011

If I were young as once I was,
and dreams and death more distant then,
I wouldn't split my soul in two,
and keep half in the world of men,
So half of me would stay at home,
and strive for Faërie in vain,
While all the while my soul would stroll
up narrow path, down crooked lane,
And there would meet a fairy lass
and smile and bow with kisses three,
She'd pluck wild eagles from the air
and nail me to a lightning tree
And if my heart would run from her
or flee from her, be gone from her,
She’d wrap it in a nest of stars
and then she'd take it on with her
Until one day she'd tire of it,
all bored with it and done with it.
She'd leave it by a burning brook,
and off brown boys would run with it.
They'd take it and have fun with it
and stretch it long and cruel and thin,
They'd slice it into four and then
they'd string with it a violin.
And every day and every night
they'd play upon my heart a song
So plaintive and so wild and strange
that all who heard it danced along
And sang and whirled and sank and trod
and skipped and slipped and reeled and rolled
Until, with eyes as bright as coals,
they'd crumble into wheels of gold . . . .
But I am young no longer now,
for sixty years my heart's been gone
To play its dreadful music there,
beyond the valley of the sun.
I watch with envious eyes and mind,
the single–souled, who dare not feel
The wind that blows beyond the moon,
who do not hear the Fairy Reel.
If you don't hear the Fairy Reel,
they will not pause to steal your breath.
When I was young I was a fool.
So wrap me up in dreams and death.



Neil Gaiman

24 de junio de 2011

"Así como algunos creen en lo que no pueden percibir, yo, en cambio, solo creo en aquello que puedo ver y tocar. Mis dioses moran en templos construidos por la mano del hombre y mi evangelio se cierra y perfecciona dentro de los postulados de la verdad experimental. Y, a veces, con exceso, porque, como la mayoría de los que buscan su cielo en esta tierra, yo he hallado en ella por igual la belleza del cielo y los horrores del averno. Cuando medito sobre la religión, siento que me gustaría fundar una Orden para los que no pueden creer; se la podría llamar 'Comunidad de los Incrédulos'. Frente a un altar en el que no ardiese ningún cirio, un sacerdote, de corazón tormentoso, celebraría con pan sin consagrar y con un cáliz sin vino. Las cosas, para ser verdaderas, han de convertirse en religión. Y la doctrina de los agnósticos deberá de tener su ritual, como todas las creencias. Ha brindado sus mártires; debería entonces tener sus santos y agradecer diariamente a dios el haberse ocultado a las miradas de los hombres. Pero tanto la fe como el agnosticismo, nada en mi puede ser exterior. Es necesario que yo mismo cree sus símbolos. Sólo trasciende lo que modela su propia forma. Si no puedo hallar en mí su secreto, jamás lo encontraré; y si ya no lo tengo, nunca lo volveré a tener."

Oscar Wilde
(Sacándote las palabras de la cabeza y escribiéndolas en un libro de hace más de 110 años)

15 de junio de 2011

"En el arte, la verdad no está en la relación que la idea esencial tenga con la existencia fortuita; no estriba en la semejanza de la forma con su sombra, o de la imagen de la forma con la forma misma; no es el eco devuelto por la oquedad que forma la colina ni tampoco la fuente de plata del valle, que muestra la luna a la luna y Narciso a Narciso. En el Arte, la verdad conciste en la correspondencia que un objeto mantiene consigo mismo; en que lo externo es expresión de lo interno, el alma en carne, y en que al cuerpo anima el soplo del espíritu.(...) El universo está echo con dolor, y sin dolor no puede ocurrir ni el nacimiento de un niño, ni el de una estrella."




O.Wilde

11 de junio de 2011

"...Soy una cosa sin nombre-declaró-.Soy una herida en el costado del mundo. Pero también soy aquel perfecto extraño que de niño rezabas para que fuera a por ti, para que te hablara de tu belleza y te sacara de la calle para tocar el cielo. ¿No lo soy?
-¿Qué necesitas?-insistió Gavin. La cosa sacudió la cabeza, con la mirada fija en la alfombra.
-He vivido muchas vidas, ¿sabes? He robado algunas vidas y he salido impune. He vivido una vida normal y después me he deshecho de esa cara y me he buscado otra. A veces, como me ocurrió en la última ocación, alguien se enfrenta a mí y me derrota...
-¿Eres algún tipo de máquina?
-No.
-¿Entonces qué?
-Soy lo que soy. No conozco a ningún otro como yo; aunque, ¿por qué iba a ser el único? Quizá haya otros, muchos otros y simplemente no los conozca todavía. Así que vivo y muero y vuelvo a vivir y no aprendo nada...de mí mismo. ¿Lo entiendes? Tú sabes quién eres porque ves a otros como tú. Si fueras el único hombre sobre la tierra, ¿qué sabrías? Lo que te dijera el espejo, nada más. El resto serían mitos y conjeturas..."



Libros de Sangre
Clive Barker

.

7 de junio de 2011

El señor Bartleboom deja la pluma, dobla la hoja, la mete en un sobre. Se levanta, coge de su baúl una caja de caoba, levanta la tapa, deja caer la carta en su interior, abierta y sin señas. En la caja hay centenares de sobres iguales. Abiertos y sin señas.
Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar, con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido en el asunto con gran serenidad.

Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres, pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle:
- Te esperaba.

Ella abrirá la caja y lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilométrico hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y, atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre:
- Tú estás loco.
Y lo amará para siempre.




.

6 de junio de 2011

"What win I, if I gain the thing I seek?
A Dream, a breath, a froth of fleeting joy?
Who buys a minute's mirth to wail a week,
or sells eternity to get a toy?
For one sweet grape, who would the vine destroy?
Or what fond beggar, but to touch the crown,
would with the sceptor straight be strooken down?"


W. Shakespeare








.