11 de febrero de 2011

26 Abril de 2007


"..el era el Rey de aquellos chicos... y el muy maldito me dió una razón para temer, algo que perder. Fué cuando supe de la hipocresía con la que había llevado adelante mis acciones descaradas o valientes, y mantenido mi estabilidad emocional tódo ese tiempo. Ahora me sentía como un animal herido, temiendo siempre lo peor.
Y cuando hable de él ustedes habrán de asumir que lo cuento todo desde la mirada velada de las pasiones. Lo cierto es que cuando me llene de flores la boca hablando de él como cualquier enamorado lo haría, mis palabras serán lamentablemente, verdaderas.
Por eso el temor fué desapareciendo. Porque pareciera que el flotaba y que nunca, nada lo tocaría. El tenía una formula química, un brillo perfecto, que hacia que el gane.
El simepre ganaba.
No importaba qué.
Y luego, yo sería siempre vencida, de entrar en su juego.
No importaba qué.
(Por suerte en esos tiempos y por aquella causa, teníamos la misma mirada y una sola meta dentro de esa cofradía de chicos astutos)..."

"A0"
.Mari

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