
"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elije y te dibuja en la cara, una boca elejida entre todas, con soberana libertad elejida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiendose, jugando en sus recintos de perfume viejo y silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuvieramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un brebe y terrible absorber, esa instantánea muerte el bella. Y yo te siento temblar conta mi como la luna en el agua."
Rayuela,
Cortázar.
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