Quiero un hachazo,
sí,
una puñalada,
cómo lo sabrías
me gusta morir
todas las veces
necesarias
retame a un partido
de esgrima verbal.
Estás ahí tirado
puedo verte desde acá
arriba
no vuelvo a hacerte
mirar el suelo
fue solo un momento
de ternura sin dueño
A vos
te pinto de gris
te golpeo
y salpico
soñáme
te parto el cráneo
y el alma
yo te protejo:
te meto en mi falda
y te llevo lejos.
Dame otro lapsus
y me voy a dormir
con la panza satisfecha
de opulencia
siempre y cuando
no amenaces
destriparme
con tu cuchillo de caramelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario