8 de febrero de 2011

22 Mayo de 2006, 17:12


Se encontraron nuestros ojos y sentí palidecer.
Un extraño terror me sobrecogió... Comprendí que estaba frente a alguien cuya simple personalidad era tan fascinante que, si me abandonaba a ella, absorbería por completo mi naturaleza, mi alma y hasta mi mismo talento. Siempre habia sido dueña de mi misma, siempre lo había sido por lo menos, hasta el día de aquel primer encuentro. Tuve la extraña sensación de que el destino me reservaba exquisitas dichas y penas exquisitas. Me aterré y no vi otra alternativa que escapar

No hay comentarios:

Publicar un comentario