
Esta mocosa, se metia en una tercera de un barco y se largaba a estudiar canto a París sin un vintén en el bolsillo. Por si fuera poco ya le daba lecciones sobre la manera de mirar y ver; lecciones que ella no sospechaba, solamente su manera de pararse de golpe en la calle para espiar un zaguán dónde no habia nada, pero mas allá un vislumbre verde, un resplandor, y entonces colarse furtivamente para q la portera no se enojara. De golpe Olivieira se extrañaba andando con la Maga, de nada le servia irritarse porque a la maga se le volcaban casi siempre los vasos de cerveza o sacaba el pie de debajo de una mesa justo para que el mozo se tropezara y se pusiera a maldecir; era feliz a pesar de estar todo el tiempo exasperado por esa costumbre de hacer las cosas como no hay que hacerlas, como quedarse parada como si tal cosa para mirar desde el medio de la calle (el renault negro frenaba a dos metros y el conductor sacaba la cabeza y puteaba con acento de picardia) una vista del Panteón a lo lejos, siempre mucho mejor que la vista que se tenia desde la vereda. Y cosas por el estilo."
Rayuela-Cortázar
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