3 de febrero de 2011

12 Octubre de 2004


~ "...`Pero una cosa he de decirte, rey de los Numenoreanos: Hasta ahora no había comprendido la historia de tu pueblo y la de su caída. Me burlaba de ellos, considerándolos tontos y malvados, mas ahora los compadezco al fin. Porque si en verdad este es, como dicen los Eldar, el don que el Uno les concede a los Hombres es en verdad un don amargo.`
`Asi parece -dijo él-pero no nos dejemos abatir en la prueba final, nosotros que renunciamos a la Sombra y al Anillo. Con tristeza hemos de separarnos, mas no con desesperación. Mira! No estamos sujetos para siempre a los confines del mundo, y del otro lado hay algo más que solo recuerdos, Adios.` (...)
Pero Arwen salió de la Casa, y la luz se le había extinguido en los ojos, y a los suyos les parecio que se habia vuelto fria y gris como un anochecer de inviernoque llega sin una estrella. (...) Abandonó la ciudad de Minas Tirith y se encamino al país de Lórien (...)y allí por fin, cuando caían las hojas de Mallorn pero no había llegado aún la primavera , se acostó a descansar en la cima de Cerin Amorth; y allí estará la tumba verde, hasta que el mundo cambie, y los días de la vida de Arwen se hayan borrado para siempre de la memoria de los hombres que vendrán luego, y la elanor y la nipherdil no florescan más al este del Mar."

~de Aragorn y Arwen, ESDLA, El retorno del Rey, -apendice-

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