29 de noviembre de 2012



Los relatos son el deseo de la inmortalidad

nos consuelan la pena de no poder hacerlo todo, verlo todo. Nos hacen vivir miles de vidas en una sola, y sentir el pasajero sabor de liberarnos de todo lo que nos ata. Algunos viajan a través de las historias, vuelan en los sueños y siempre regresan tironeados del botón del despertador. Otros renuncian a la exclavitud del tener, para sentirse vivos, para fabricar historias.


Porque saben que los caminos son peligrosos y solo corren hacia una dirección,
pero eligiendo uno, están llendo a alguna parte.
A los demás les quedan las benébolas historias, los caminos en el aire
que como el fuego los entibia un rato, los resguarda de las bestias de la muerte y del olvido.






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